El buque atascado en el Canal de Suez es una parábola sobre la globalización excesiva.

El cierre de una vía fluvial crucial para el comercio ilustra cuánto depende el mundo de las cadenas de suministro globales.

LONDRES — El mundo recibió esta semana otra advertencia sobre los peligros de su gran dependencia de las cadenas de suministro globales. Cuando un solo barco encalló en el Canal de Suez, y cerró el tráfico en ambas direcciones, el comercio internacional se enfrentó a un monumental atasco con consecuencias potencialmente graves.

La embarcación accidentada no es un buque cualquiera. El Ever Given es uno de los mayores portacontenedores del mundo, con espacio para 20.000 cajas metálicas que transportan mercancías por el mar. Y el Canal de Suez no es una vía fluvial cualquiera. Es un canal vital que une las fábricas de Asia con los clientes acomodados de Europa, así como un importante conducto para el petróleo.

El hecho de que un percance pudiera sembrar un nuevo caos desde Los Ángeles hasta Rotterdam y Shanghái puso de manifiesto hasta qué punto el comercio moderno ha llegado a girar en torno a cadenas de suministro verdaderamente globales.

En las últimas décadas, los expertos en gestión y las empresas de consultoría han defendido la llamada fabricación justo-a-tiempo para limitar costos y aumentar beneficios. En lugar de malgastar el dinero al acumular productos adicionales en los almacenes, las empresas pueden emplear la magia de internet y de la industria del transporte mundial para conseguir lo que necesitan justo cuando lo necesitan.

La adopción de esta idea ha supuesto nada menos que una revolución para los principales sectores: la manufactura de automóviles y dispositivos médicos, el comercio minorista, los productos farmacéuticos y otros. También ha supuesto una bonanza para los ejecutivos de las empresas y otros accionistas: el dinero que no se gasta en llenar los almacenes de piezas de automóvil innecesarias es, al menos en parte, dinero que puede entregarse a los accionistas en forma de dividendos.

Sin embargo, como en todo en la vida, abusar de algo bueno puede ser peligroso.

Los sistemas de salud —muchos de ellos bajo el control de empresas con ánimo de lucro que responden ante los accionistas— asumieron que podían depender de la web y de la industria mundial del transporte marítimo para entregar lo que necesitaban en tiempo real. Esto resultó ser un error de cálculo mortal.

La Autoridad del Canal de Suez, que suspendió el jueves la navegación de forma temporal por la vía marítima, asegura que se están haciendo «todos los esfuerzos para la reflotación del buque» y destacó su deseo de «regularizar la navegación marítima mundial a través del canal a la mayor brevedad posible».

La autoridad gestora informó de que ha recibido una oferta de Estados Unidos para ayudar en las labores y que «aspira a colaborar con este país», aunque no detalló en que consistiría la ayuda estadounidense.

Tanto la empresa japonesa Shoei Kisen, propietaria del barco, como la multinacional Bernhard Schulte Shipmanagement, gestora de la mercancía, están colaborando en las tareas para tratar de mover el Ever Given.

El portacontenedores de la empresa taiwanesa Evergreen y bandera panameña tiene 400 metros de longitud y capacidad para 224.000 toneladas, y se quedó atravesado debido a los fuertes vientos en medio de una tormenta de arena que azotó esta semana Egipto y que dificultaba la visibilidad.

Las autoridades egipcias no han desvelado cuántos barcos se han visto afectados por el bloqueo del canal, por el que en 2020 transitaron 18.829 naves y por el que pasa más del 10 % del comercio marítimo a nivel mundial.

Datos: Varios medios.