Eduardo Brito.

Un día como hoy, 5 de enero de 1946, muere Eleuterio Brito Aragonés, mejor conocido como Eduardo Brito, cantante barítono de ópera y zarzuela dominicano. Está considerado como el cantante nacional de la República Dominicana.

Nació el 21 de enero de 1906 en la sección Blanco de Luperón, Puerto Plata. Era hijo de Gloria Aragonés y Julián Brito. El 3 de noviembre de 1929, a los 24 años, se casó con la vedette Rosa Elena Bobadilla. De ese matrimonio nacieron 2 hijos.

En la década de los años 30, Eduardo Brito se presentó en todos los países del Gran Caribe Hispano y realizó en Nueva York históricas grabaciones como “La mulatona” y “Lucía”, esta última con letra de Joaquín Balaguer.

Por esos años, el compositor cubano Eliseo Grenet, director de una compañía de zarzuelas quedó impresionado por el joven cantante y le contrató para que integrara parte del elenco durante una gira por Europa. También registró con su voz en el acetato la zarzuela “Los Gavilanes” compuesta por Jacinto Guerrero.

Eduardo Brito y su esposa, Rosa Elena Bobadilla-  (Foto de 1941)


 Ambos iniciaron el grupo Los Internacionales con el que tuvieron presentaciones en Haití. Se puede destacar en su biografía, su viaje a Nueva York en 1929 donde grabaron discos con el Grupo Dominicano con el que tuvieron gran éxito. Le abrió las puertas para grabar con la RKO y la RCA Victor. Dorothy Caruso, la viuda del famoso tenor Enrico Caruso quedó profundamente impresionada con su voz. El maestro Serafini, lo animó a completar una formación que le permitiera usar su voz en el género de la ópera pero Brito no aceptó debido a sus compromisos familiares.

Vida de Eduardo Brito
La vida de Eduardo Brito, brilló durante mucho tiempo en los escenarios internacionales. Su debut en España en el año 1932, en la compañía de Eliseo Grenet fue descollante. Se puede destacar en su biografía, la obra La Virgen Morena, que tuvo gran éxito en el Teatro Principal Palace.
La crítica elogió su desempeño como actor y cantante. También se destacó en Katiuska, Luisa Fernanda y La del manojo de Rosas. Desafortunadamente la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial lo obligaron a embarcarse en Amberes, en el año 1937 para regresar a su patria. Una nueva presentación en Nueva York le permitió cantar en la CMQ y el Teatro Nacional. Luego, en Santo Domingo inició una gira con la que llevó su talento a diversas funciones en Venezuela y Colombia.
Durante toda su carrera, hizo gala de sus dotes de barítono que podía llegar a la altura de tenor. Con este eclipsó al público con interpretaciones de gran calidad, aplicadas a un estilo de música comprensible y cercana.
 En sus últimos años fue diagnosticado en la clínica Mayo con una enfermedad psiquiátrica que paulatinamente fue apagando su talento. Logró realizar espectáculos como La Voz del Yuma, pero su capacidad de cantar se vio afectada por su falta de coordinación al hablar. Falleció en la casa mental Julio González de Herrera, el 5 de enero de 1946.